En la entrada de hoy hemos querido hablar sobre cómo aprendemos y su aplicación en marketing.
En primer lugar, lo cierto es que el proceso de aprendizaje es un tema tan complejo como fascinante, pero en esta ocasión no vamos a hablar de él desde un punto de vista teórico o una aproximación científica, sino más bien desde la óptica de la importancia que tiene descubrir los secretos de este proceso para poder aplicarlo eficazmente en nuestras estrategias y tácticas.
Y es que, aunque no lo parezca a simple vista, guardan una estrecha relación.
De hecho, conociendo las formas y formatos por donde las personas aprendemos podremos llevar a cabo acciones específicas y más focalizadas que nos permitan obtener el mejor resultado posible tanto en la promoción de nuestros productos o servicios como en la relación con los clientes.
En primer lugar, podemos definir el aprendizaje como un proceso por el cual los seres humanos adquirimos nuevos conocimientos y desarrollamos nuevas habilidades o comportamientos.
Lo cierto es que cada uno de nosotros hemos desarrollado unos métodos y trucos propios y diferentes que utilizamos para adquirir estos nuevos conocimientos a lo largo de nuestra vida.
Y es que es muy importante descubrir cosas nuevas cada día que nos enriquezcan a nivel personal o profesional y que, a su vez, favorezcan nuestro desarrollo cerebral.
Asimismo, según William Glasser, el aprendizaje se obtiene por medio del estudio y del ejercicio práctico, pero sobre todo a través de la experiencia, donde recibimos estímulos emocionales y sensoriales que complementan este proceso.
No cabe duda de que existen numerosas y diversas metodologías y formas de aprendizaje.
Si bien, estas presentan una serie de diferencias en cuanto a su eficacia y por eso es muy importante conocerlas para poder sacar el máximo partido de ellas.
Pero ya no solo a nivel personal, puesto que si como marcas tenemos en cuenta todos estos métodos y procesos y somos capaces de adecuar nuestras estrategias y acciones a ellos, podremos mejorar radicalmente nuestros resultados.
Veamos cómo aprendemos y su aplicación en marketing.
Aprendemos el 10% de lo que leemos.
Por lo tanto, es fundamental que cuidemos todos nuestros textos, tanto los de la web, blog o mails como los de los contenidos que compartamos en nuestras redes sociales.
Además, estos textos tienen que ser coherentes, comprensibles y, lo más importante de todo, impactantes.
De hecho, un texto que consiga sorprender o incluso emocionar a los lectores tiene muchas más posibilidades de ser recordado.
Así que ya sabes, usa de una manera inteligente el copywriting.
Aprendemos el 20% de lo que oímos.
Por ello, una muy buena manera de aprovecharlo es estar presente y usar el formato podcast. De hecho, en los últimos años esta nueva manera de comunicar se ha desarrollado mucho y cada vez hay más gente que los escucha de manera frecuente.
Otra de las opciones que podemos considerar es la de incluir nuestra voz en contenidos como los reels de Instagram, que además también es una buena manera de humanizar nuestra marca.
Aprendemos el 30% de lo que vemos.
Los seres humanos somos altamente visuales y nos dejamos llevar por aquello que consigue atraer nuestras miradas.
Esto repercute en el proceso de aprendizaje ya que adquirimos nuevos conocimientos con mayor facilidad cuando se nos presenta la información de una forma mucho más vistosa, organizada y bien diseñada.
Como consecuencia, debemos añadir imágenes atractivas a todos nuestros mensajes y textos crear diseños visuales llamativos que, a ser posible, nos otorguen una personalidad propia con la que poder diferenciarnos del resto.
Con ello, tendremos muchas más probabilidades de que los usuarios y consumidores recuerden nuestra marca.
Aprendemos el 50% de lo que vemos y oímos.
El cerebro humano procesa y almacena mucho mejor la información cuando vemos a alguien que nos la cuenta o explica a viva voz.
Por eso no es de extrañar que el formato vídeo esté en auge y que cada vez más marcas presenten y compartan sus contenidos bajo este formato. Así que cuantos más vídeos hagamos y difundamos a través de nuestra página web y redes sociales mejor.
En este sentido, podemos optar por ampliar nuestros canales y abrirnos una cuenta corporativa en YouTube y Twitch o incluso apostar por los directos donde el trato con nuestros clientes y seguidores sea mucho más directo y cercano.
Aprendemos el 70% de lo que hablamos.
Aunque este porcentaje tan elevado pueda sorprender en un primer momento, lo cierto es que se aprende mucho cuando conversamos con otras personas e intercambiamos opiniones, sensaciones o conocimientos.
De hecho, el feedback es algo muy positivo y enriquecedor que las marcas también tienen que incorporar en sus estrategias y acciones.
Así que, qué mejor manera que crear una comunidad de usuarios fieles y clientes satisfechos con la que podamos interactuar de tú a tú y conversar de forma continua y cercana. En este sentido, redes como Instagram o Twitter se posicionan como las mejores opciones.
Aprendemos el 80% de lo que probamos.
El simple hecho de sentir o experimentar algo de forma personal y directa tiene un gran impacto en nuestra memoria y contribuye mucho en la generación de nuevos recuerdos y conocimientos.
Por lo tanto, una de las mejores acciones que podemos hacer al respecto como marcas es regalar pequeñas muestras de nuestros productos u ofrecer servicios gratuitos a modo de prueba o gancho (como las guías descargables).
Esto hará que los consumidores nos recuerden con mayor facilidad al experimentar en primera persona lo que supone utilizar nuestros productos o servicios.
Aprendemos el 95% de lo que enseñamos a los demás.
Conocer este hecho es absolutamente fundamental puesto que cuando exponemos en público nuestros conocimientos y ayudamos a alguien más a comprenderlos, estos se consolidan y refuerzan mucho más en nuestra mente e incluso se complementan con nueva información.
En cuanto a cómo utilizar este fenómeno en nuestras marcas, podemos optar por crear y compartir una serie de tutoriales o guías realizados por nosotros mismos con el objetivo de, por una parte, conectar con nuestra audiencia y, por otra, conocerla en profundidad y poder descubrir nuevos aspectos sobre ella que nos sean de gran utilidad en próximas estrategias.
Ahora que ya sabes cómo aprendemos y su aplicación en marketing, cuéntanos… ¿Con qué formato sueles aprender más?
Y lo más importante, si te gustaría saber cómo aplicar algunas de las acciones de las que hemos hablado en tus estrategias de marketing, no dudes en contactarnos. Somos tu agencia de neuromarketing.
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